jueves, 26 de mayo de 2011

Mariano Moreno

Una de la líneas más radicales de la revolución de mayo, tuvo entre otros a Don Mariano Moreno, hombre que propiciaba mano dura para con los enemigos de la revolución, sin pelos en la lengua, pero lleno de inteligencia en sus dichos, abogado, fuerte defensor de los explotados indios de estas tierras, defendiendo a varios en diferente casos de abuso de poder de sus patrones, propició entre otras cosas ya desde la secretaria de guerra y gobierno de la primera junta, la apertura de varios puertos al comercio exterior para combatir el monopolio existente, la creación de la biblioteca pública, la escuela de matemáticas, fundador de varios periódicos y sobre todo el oficial La Gazeta de Buenos Aires, propulsor de un cambio profundo en lo administrativo y sobre todo en lo social, pero esto lo llevó a enfrentarse al presidente de la primera junta, Cornelio Saavedra, de perfil conservador y por lo tanto defensor del mantenimiento de las diferencias sociales existentes, por que un cambio social significaba quedarse sin esclavos o mano de obra super barata. Las diferencias con el presidente se fueron haciendo cada vez más irreconciliables, hasta el momento de peligrar la vida del mismo Moreno.
Mariano Moreno aceptó, entre otras cosas para apaciguar las aguas, una misión diplomática a Europa con el objetivo de comprar armas, con la certeza como dice en cartas a su mujer, María Guadalupe Cuenca, que sufriría algún atentado en su viaje y que temía por su vida, y ya se despedía de ella por medio de esas letras escritas durante sú viaje.
El 24 de enero de 1811 partía la fragata inglesa Fama, lo acompañaban su hermano Manuel y Tomás Guido. A poco de haber partido, Moreno se siente un poco enfermo, a lo que el capitán de la embarcación le administra un remedio imprudentemente y sin el consentimiento de sus acompañantes, a causa de no existir médico a bordo, además el capitán se negaba a desviarse a un puerto cercano para que el enfermo pudiera ser atendido. El 4 de marzo de 1811 y luego de una agonía tremenda de 3 días moría Mariano Moreno con apenas 32 años, sin antes recomendar a sus compañeros cuidar de su pobre esposa, pedir perdón a sus amigo y enemigos de todas sus faltas y que se termine felizmente la misión a la que se dirigían,  pudiendo esbozar unas últimas palabras: “!viva mi patria, aunque yo perezca¡”.  A poco de partir la esposa de Moreno recibía en su domicilio por medio de una mano anónima un abanico de luto, un velo y un par de guantes negros.
Saavedra ya había dado instrucciones para que 15 días después de su partida se acordara con otro hombre la misma misión para la que había sido enviado Moreno en caso de que muriera.
Al enterarse de la noticia de la muerte de Moreno, Cornelio Saavedra dijo: “hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego”.
Fuego que pocos poseen, el fuego de la libertad, la de luchar por el bien común, por mejorar la calidad de vida de las personas en vez del beneficio personal. Moreno fué asesinado, la historia oficial no lo cuenta, es uno más de los hombres que en Argentina intentaron un cambio fuerte en la sociedad de su época, para el bien común de todos los habitantes, pero el egoísmo clásico de los dueños del poder pudo más, y este hombre de bien pasó a la historia solo por ser secretario de la primera junta sin explayarse demasiado en su obra, eso de luchar para hacer un país mas justo esta mal visto, es políticamente incorrecto.

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